
Sarasa dejó la capital real, donde se sentía cómoda y familiar, y llegó a Yoku Village, donde se encuentra su nueva tienda. Le pide a Lorea, la hija de la tienda de comestibles, y a Els, su vecina, que la presenten a los aldeanos, pero ella lucha con la comunicación desconocida y se deprime. ¿Puede Sarasa realmente administrar una tienda?