Se le pide al consejo estudiantil que modele para el folleto de la Academia Shuchiin. Sin embargo, la familia de Kaguya tiene una política estricta que le prohíbe ser fotografiada para cualquier forma de publicidad y, como resultado, no puede participar. Mientras Kaguya observa con anhelo la sesión de fotos en la azotea, los miembros del consejo estudiantil proponen tomar una foto grupal final, únicamente para uso privado, en su teléfono celular, lo que hace que Kaguya esté muy feliz. En ese momento, una ráfaga de viento sopla a través de la azotea, lo que hace que suelte su teléfono y lo envíe hacia abajo, a los terrenos de la escuela. Kaguya recoge su teléfono celular destrozado del suelo y comienza a reflexionar sobre todas las fotos con todas las personas que ha perdido, y se siente abrumada por la tristeza.